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ENTRE LINEAS

Y yo también soy palabra...

Y yo también soy palabra...

De pronto recuperamos la fe en las palabras. Volvemos a creer que pueden decirlo todo, adecuarse para regatear en un rastro, conjurar un miedo, pegar los trozos de la confianza rota, diluir una hostilidad injusta, rehacer la magia de los días, ganar campañas electorales, ser comprendidos, vender peines, recuperar un amor, pisar los paraísos que nos pertenecieron o con los que soñamos como si hubieran sido nuestros. Pero una vez más las palabras no son suficientes. Salen, quieren y creen decirlo, pero chocan con la tapia de los hechos pertinaces, las convicciones inamovibles, los sentimientos sordos, el silencio de los otros o lo otro. Son sólo palabras.


Y entonces comprobamos que todo sigue igual, que las palabras que iban a mover ciudades y sectas de la noche, iluminar mentes, parar guerras o ablandar odios, no mueven absolutamente nada, no iluminan nada, no paran ni ablandan nada sino que se estrellan en un muro de decisiones ya tomadas. Convencieron al que estaba convencido. Y el convencido, el que nos abraza, no lo hace por las palabras sino por otras leyes de la vida y el mundo, por otros hechos, otro azar. Y sentimos rencor hacia las palabras aun cuando obtuvimos lo que queríamos porque no lo obtuvimos gracias a ellas, porque no supieron tocar los actos ni las cosas. Y entonces rebotan y bailan mudas en la boca, pierden su sonido y su sentido, brotan sin ton ni son.


Creías que lo habías dicho todo en la confidencia pero no habías dicho nada. Está ahí la puta pared de la realidad y los recuerdos, la tozudez de las circunstancias y las cosas, la mala cara del destino. El que dijo en una ciudad sitiada «no pasarán» vio cómo pasaron. El que dijo «ya no traicionaré» traicionó una vez más. Quizá cumplir años es aceptar que de nada sirve hablarlo todo, que las palabras no sirven para todo, que no sirven para nada, que si no se mueren dentro de la boca se quedan al borde de los ojos como dudando entre tirarse y no tirarse al vacío.

17 comentarios

María -

es como tener que "despiden olor"y se siente...
Justo sonó el teléfono y me olvidé de borrar es como tener que...
Mis neuronas no andan muy bien... peor que de costumbre...
Otro besote más !

María -

Palabras con peso...
Palabras al pedo...
Y que molestas que son éstas últimas... es horrible escucharlas !!! y a mi me ponen de muy mal humor (es como tener que "despiden olor" y se siente) tener que escucharlas. Pero, aunque no tengamos ganas, más de una vez, hay que escucharlas...

Otro besote

kaleidoscopio -

Bueno, enfadado o no, luces majoooooo :-)
éstas palabras no te enfadan, verdad?

La mary besucona -

Musuak and petonets. ;)

Para ¿pija monocamy? en las escaleras del senado romano -

Bueno, bueno no te enfades conmigo (con monocamy, si). La "pijería" mía es muchísimo mejor que la de él. Es más, más ¿cómo te diría? ... ¿más pijaaaaaaaaaaa? :-O...
Petons (besos)

¿Pija monocamy? -

¿Tú también?
¡Hala!

Pues vale.;PPP

(Gracias nenito, eres un solete. Muaccckkkiss! sólo para tí)

Para brisaenlanoche transmitiendo palabras -

Esa es la cuestión, que pueden cambiar mucho pero, si ese cambio se sustenta en palabras vacías ¿qué nos queda?. El vacío... Un beso

brisaenlanoche -

Creo que las palabras pueden cambiar todo, y si no todo, sí mucho. El problema está en saber expresar lo que se quiere transmitir, ahí es donde la zancadilla se ríe de la palabra pronunciada.
Un abrazo.

Para Mariose alimentándose de palabras -

No me gusta tu silencio. En realidad no me gusta el silencio de quién sabe hablar y que, además, dice muchas cosas... aún siendo una "pija monocamy" ;-))).
P.S. En cualquier caso no me debes hacer mucho "idem". Los silencios se construyen porque antes existieron palabras...

Para monocamy, defensor del mensajero -

Pues fíjate que hoy voy a estar de acuerdo en nuestro desacuerdo. Ayer no lo estaba. Mañana, no lo se... Tal vez sea mi carácter voluble y cambiante el que me lleva a ello...

Para kaleidoscopio mediando entre las palabras y entre líneas -

No me enfado con las palabras. Tampoco me enojo con ellas... Bueno. Un poco si cuando se vuelven frívolas y vacías. Pero no es culpa de ellas, sino de quién las emite... Besos apalabrados.

Para Onice en dos partes -

Siempre es necesaria la despedida, no el adios. Así que estoy de acuerdo (a medias) con el Profeta. De ti, prefiero tus palabras. Las TUYAS que las dominas muy bien... Besos sincronizados.

Mariose -

Las palabras... mejor quien dice esas palabras y como sean utilizadas.. El uso que hagamos (hagán) de ellas.

Pero sigo callada, aunque hable y mis palabras, de momento, me las trago...

monocamy -

Yo no me precipitaría a la hora de condenar a las palabras. Recuerda que sólo son "las mensajeras". No matemos al mensajero.

Pero no descarto que se trate de mi insistencia en llevarte la contraria en todo lo que pueda.

:PPPP

kaleidoscopio -

No te enojes con las palabras, aprende a acariciarlas, quererlas, sentirlas, verás que se vuelven aliadas, amigas, compañeras y algunas veces impactan donde quieres que impacten... Me gustó esa imagen y lo digo con palabras. Besito

Onice II -

POr cierto...se me olvidaba!!!
No veas la evolucion que veo en la composición texto-imagen. Esto confirma mi teoria de que las palabras y los hechos deben de ir unidos!

Onice -

si ya lo decia yo, q las palabras se las lleva el vientooooo!!!! Y si nó, a los hechos!.
Las palabras deberian ser las compañeras de los actos y las demostraciones, de las imagenes...Nunca solas, porque a veces no entendemos su significado.
Y aunque no venga a cuento aquí te dejo unos retalillos de los cuales me acordado gracias a tus dos ultimos post. Uno de el Profeta, y otro de Salinas:
" En verdad os digo, que el adiós no existe;
Si se pronuncia entre dos seres que nunca se encontraron, es una palabra innecesaria;

Si se dice entre dos que fueron uno, es una palabra sin sentido.

Porque, en el mundo real del espíritu, sólo hay encuentros y nunca despedidas,"

" A veces un no niega
más de lo que quería, se hace múltiple.
Se dice “ no, no iré”
Y se destejen infinitas tramas
tejidas por los síes lentamente,
se niegan las promesas
que no nos hizo nadie
sino nosotros mismos, al oído."

Yo hoy te escribo mis palabras.
Besos